En el transitar de nuestra existencia, vamos sintiendo, observando y también recibiendo energía positiva y negativa. Con el tiempo, vamos entendiendo y descifrando esto de acuerdo a nuestro nivel de percepción. Aprendemos con quién o quiénes acercarnos y, por otro lado, de quiénes alejarnos, ya sean personas o lugares. Si encuentras una fuente positiva, podrás disfrutar y aprovechar mejor esos momentos, que incluso te sirven de inspiración o motivación para desarrollar ideas, proyectos o simplemente para mantener estados de tranquilidad que debemos anclar para convertir en futuros recursos. Es importante que tengas muy claro y estés atento a cómo encontraste ese momento o esa persona que te da positivismo; así aprenderás a anclar o superponer esa energía cuando la necesites.

En algunos blogs anteriores, hablamos de mantener pensamientos positivos en tu mente. Ahora sumamos la importancia de rodearte de personas positivas. Esto hará que tus emociones sean de alegría, tranquilidad y armonía. Además, las hormonas de la felicidad recorrerán cada espacio de tu cuerpo, generando acciones positivas a partir de pensamientos positivos.

Es importante recordarlo para no engancharte en lo negativo y sabotear tus momentos. Debes estar en paz con tu pasado, vivir el presente y estar atento, pero sin fijarte demasiado en el futuro. Por ejemplo, antes de una conferencia, no vale la pena recordar las charlas que no funcionaron para ti, sino las que te sumaron: lo que sentiste, lo que viste y escuchaste. Así, fortalecerás tu interior para salir de nuevo a tomar el escenario de tu discurso.

Por otro lado, si estás anclado de mala manera a tu pasado, traes esa emoción al presente y la proyectas al futuro. Haz una pausa. Necesitas separar los momentos y sus emociones, centrar tu atención en el presente y darte cuenta de que es otro espacio-tiempo. Todo en tu entorno es distinto. Enfócate en tus recursos; nota que ya no eres el mismo y que tienes más experiencia. Ya lograste muchas presentaciones que salieron bien, y eso te potencializa y empodera.

Es muy importante que practiques ciertas actividades para dispersar la energía, ya sea en un deporte, relajación o meditación. Aprende qué te funciona más y crea una disciplina que te beneficie, ayudándote a ser más consciente de ti mismo y de tu entorno. Esto también te enseña a fluir mejor con los momentos y las personas. Cuando tu pensamiento y tus ideas se aclaran, y te percibes positivo, la gente te buscará para escucharte o brindarte ayuda.

Suma luz a tu vida: conviértete en una persona positiva que atrae momentos agradables en tus presentaciones y en tu día a día.